miércoles, 18 de abril de 2012

Verdadera autoridad

LECTIO DIVINA (26-01-2012)
(Lc 4.31-37)
Llegaron a Cafarnaún, y el sábado entró Jesús en la sinagoga y comenzó a enseñar. La gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad y no como los maestros de la ley. En la sinagoga del pueblo, un hombre que tenía un espíritu impuro gritó:
– ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco. ¡Sé que eres el Santo de Dios!
Jesús reprendió a aquel espíritu, diciéndole:
– ¡Cállate y sal de este hombre!
El espíritu impuro sacudió con violencia al hombre, y gritando con gran fuerza salió de él. Todos se asustaron y se preguntaban unos a otros:
– ¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva y con plena autoridad! ¡Hasta a los espíritus impuros da órdenes, y le obedecen!
Muy pronto, la fama de Jesús se extendió por toda la región de Galilea.
Otras lecturas:  Deuteronomio 18,15-20;  Salmo 95,1-2, 6-9; 1 Corintios 7,32-35.
LECTIO.
Al evangelista Marcos le gusta contarnos historias en torno a Jesús para arrojar luz sobre su persona. Por regla general, cada historia contiene un mensaje principal.  Jesús tiene verdadera autoridad; este es el mensaje que resuena con toda claridad en la lectura de hoy.
Jesús había llegado a Cafarnaún, una importante ciudad al norte de Palestina. Como buen judío, el sábado acudió a la sinagoga, donde comenzó a exponer su enseñanza.  La gente de la sinagoga se quedó asombrada, donde comenzó a exponer su enseñanza. La gente de la sinagoga se quedó asombrada. Hablaba con una autoridad totalmente distinta a la de los maestros de la ley.
Entonces un hombre poseído por un espíritu impuro da un grito dirigiéndonos a Jesús: “¿Has venido a destruirnos?. Yo te conozco. ¡Sé que eres el Santo de Dios!”.  Jesús vuelve a demostrar su autoridad. Ordena al espíritu inmundo que se calle y salga del hombre. El espíritu tiene que obedecer, pero antes de marcharse sacude violentamente al hombre y vuelve a gritar.
Crece aún más la admiración del pueblo por Jesús. No sólo enseña con autoridad, sino que además, le obedecen los espíritus inmundos. La noticia de lo sucedido se extiende rápidamente por toda la región.
MEDITATIO.
Considera por qué notaban una diferencia cuando hablaba Jesús.
¿Se te ocurre una razón por la cual el espíritu inmundo dijo que Jesús era el Santo de Dios?
Considera qué trato recibe el hombre por parte de Jesús y por parte del espíritu inmundo. ¿Qué nos dice respecto a cómo trata Dios al ser humano y cómo lo hace el diablo?, ¿De que manera se vuelve contra el espíritu inmundo su propio exabrupto?
ORATIO.
Repite las palabras del Salmo responsorial,  Salmo 95, versículos 6-7.
Venid y adoremos de rodillas;
arrodillémonos delante del Señor,
pues él nos hizo.
Él es nuestro Dios y nosotros somos su pueblo,
ovejas de sus prados.
Escuchad lo que él os dice.
Da gracias a Dios porque nos cuida y se ocupa de nosotros. Pídele que te ayude a escuchar su voz en medio de los quehaceres de la vida.
COMTEMPLATIO.
Hoy podemos contemplar quién es Jesús. La primera lectura presenta parte del discurso de Moisés en Deuteronomio 18,15-20, Moisés promete que Dios suscitará un profeta que sólo les dirá lo que Dios que le diga.
Lectio Divina de la Sociedad Bíblica España

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