miércoles, 18 de abril de 2012

El Elegido de Dios

LECTIO DIVINA (18-12-2011)
Lucas 1.26-38
A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una joven virgen llamada María que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. El ángel entró donde ella estaba, y le dijo:
– ¡Te saludo, favorecida de Dios! El Señor está contigo.
Cuando vio al ángel, se sorprendió de sus palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:
– María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo: y Dios el Señor lo hará rey, como a su antepasado David, y reinará por siempre en la nación de Israel. Su reinado no tendrá fin.
María preguntó al ángel:
– ¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?
El ángel le contestó:
– El Espíritu Santo se posará sobre ti y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios.  También tu parienta Isabel, a pesar de ser anciana, va a tener un hijo; la que decían que no podía tener hijos está encinta desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible.
Entonces María dijo:
– Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!
Con esto, el ángel se fue.
Otras lecturas: 2 Samuel 7.1-5, 8-12, 14,16; Salmo 89.2-5, 28, 30; Romanos 16.25-27
LECTIO:
El mensajero de Dios en la lectura de esta semana es el ángel Gabriel. Su impresionante conversación con una joven de Nazaret, María, destaca dentro del comienzo del Evangelio de Lucas.
Es comprensible que María se sienta al principio temerosa e inquieta por este encuentro. Gabriel le anuncia que va a quedar embarazada y dar a luz al Hijo de Dios.
Por su pregunta del versículo 34, María parece comprender que todo esto sucederá en breve: antes del matrimonio proyectado con José, su prometido.
Gabriel le explica que el suyo no será un embarazo corriente. Será un acontecimiento milagroso, llevado a cabo por la presencia de Dios en medio de su vida. Como señal de que nada hay imposible para Dios, el ángel le comunica que su parienta Isabel, estéril desde hace muchos años, está embarazada de seis meses.
María se da cuenta de que Dios la está llamando para una misión muy especial. Su respuesta lo dice todo: ‘Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!’ Pone su confianza por completo en Dios.
MEDITATIO
María recibe una llamada extraordinaria de parte de Dios, que se sirve de un ángel para hablar con ella. ¿Qué medios suele utilizar Dios para hablarnos? ¿Cuándo escuchaste a Dios por última vez y qué acción emprendiste?
María cree en la promesa que Dios le hace y confía que Dios mismo la llevará a cabo. ¿Qué lecciones podemos aprender de su respuesta?
Aceptar el mensaje de Dios surte un profundo efecto en la vida de María. ¿De qué manera ha cambiado tu vida el mensaje de Dios para ti?
A algunas personas les resulta difícil aceptar el relato evangélico del nacimiento virginal. ¿De qué modo nos ayuda el versículo 37 a responder a todo esto?
ORATIO:
En el salmo de hoy, Sal 89.1-5, hallamos un maravilloso cántico de alabanza sobre el amor y la fidelidad de Dios. Piensa de qué manera Dios te demuestra su amor hacia ti. Piensa en cómo Dios te ha mostrado su fidelidad a lo largo de tu vida. La promesa del verso 4 se refiere a Jesús, pero también se aplica a todo aquel que le acepta como Señor. Responde a Dios dándole gracias y pídele que haga más profundas tu fe y tu confianza en él.
CONTEMPLATIO:
Las otras lecturas de hoy arrojan luz sobre el anuncio de Gabriel. En 2 Samuel 7, las promesas que Dios le hizo a David por medio del profeta Natán cientos de años antes se cumplen en el hijo prometido a María.
La segunda lectura procede de los últimos versículos de la carta de Pablo a los Romanos. Es una oración de alabanza a Dios por haber revelado la Buena Noticia y ser el Señor de la historia humana. Haz de estas mismas palabras tu propio himno de alabanza para glorificar a Dios.
Lectio Divina de la Sociedad Bíblica España

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