domingo, 24 de abril de 2011

LLENOS DE GOZO

LECTIO DIVINA (24-04-2011)

Mateo 28, 1-10

Pasado el sábado, al amanecer el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto hubo un fuerte temblor de tierra, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra que lo cerraba y se sentó sobre ella. El ángel brillaba como un relámpago y su ropa era blanca como la nieve. Al verle, los soldados temblaron de miedo y se quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres:

– No os asustéis. Sé que estáis buscando a Jesús, el crucificado, pero no está aquí; ha resucitado, como dijo. Venid a ver el lugar donde lo pusieron. Id aprisa y decid a sus discípulos: ‘Ha resucitado y va a ir a Galilea antes que vosotros. Allí le veréis.’ Esto es lo que yo tenía que deciros.

Las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero, a la vez, con mucha alegría, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En esto, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas, acercándose a Jesús, le abrazaron los pies y le adoraron. Él les dijo: –No tengáis miedo. Id a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y que allí me verán.

Otras Lecturas: Romanos 6:3-11; Salmo 118:1-2, 16-17, 22-23

LECTIO:

Este es el relato de la resurrección que nos hace Mateo y en el que nos cuenta el triunfo de Jesús y cómo venció al pecado y a la muerte para siempre cuando murió por nosotros en la cruz. También nosotros poseemos esa victoria, aunque nuestra resurrección corporal no hay de realizarse hasta el fi n de los tiempos.

Con unas pocas palabras muy sencillas, Mateo describe el momento en que las mujeres descubren vivo a Jesús. Pero esas simples palabras hablan como si fueran tomos: a través de cada palabra se sigue el hilo de la admiración que las mujeres tuvieron que experimentar al descubrir a Jesús vivo.

Mateo sitúa la escena: hubo un terremoto y entonces un ángel bajó del cielo y corrió la enorme losa de piedra. Los guardas contemplan aquello temblando de miedo y ‘se quedaron como muertos’, tal vez paralizados por el terror e incapaces de hablar o de moverse.

Las dos mujeres van a la tumba, tal vez en busca del lugar adecuado para su dolor y para hacer duelo. No esperan, ni mucho menos, encontrar a un Jesús vivo. Sabiendo lo asustadas que estarán las mujeres, el ángel les dice que no tengan miedo y les explica que Jesús ya no está muerto, sino que ha sido resucitado a la vida, tal como él mismo había anunciado.

El ángel les muestra la tumba vacía y les dice que vuelvan a los discípulos y les comuniquen tan tremenda noticia: ¡Jesús ha resucitado de entre los muertos! Mientras regresan a donde están los discípulos, se encuentran a Jesús cara a cara. Son las primeras testigos de la tumba vacía y de su auténtico significado. La tumba no está vacía porque alguien la haya profanado para robar el cuerpo de Jesús. Está vacía, sencillamente, porque Jesús ha resucitado de entre los muertos.

En los versículos que siguen a nuestra lectura (11-15) se nos narra que los guardias cuentan lo que han visto a los jefes de los sacerdotes, quienes convocan urgentemente una reunión. Ofrecen a los soldados una elevada suma de dinero y les sobornan para que callen cuanto en realidad han visto. En lugar de guardar silencio, dicen que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús durante la noche, mientras ellos dormían.

MEDITATIO:

¿Mientras celebras este maravilloso día de la vida de la iglesia, trata de imaginarte el asombro y el entusiasmo que debieron sentir las dos mujeres al encontrarse con Jesús

Piensa en el momento en que Jesús llegó ‘vivo’ a ti. ¿Han aumentado o disminuido tu fe y tu asombro ante la resurrección de Jesús con el paso de los años?

Considera el contraste que existe entre las dos mujeres y los soldados de la guardia. Unas y otros han sido testigos del acontecimiento más significativo en la historia humada. Las mujeres proclaman la buena noticia. Los guardias mienten para ocultarla. ¿Qué podemos aprender de esto?

ORATIO:

La fe en la resurrección de Jesús es una parte fundamental de nuestra fe cristiana.

Ora con las palabras de Romanos 6:3-11, pidiéndole a Dios que traiga a la vida aquellas promesas en tu corazón y en tu experiencia.

CONTEMPLATIO:

¿Cómo resumirías los acontecimientos de Pascua para un amigo que quisiera conocer su verdadero significado? Intenta poner por escrito los detalles que te ayuden a destacar y a recordar los hechos más importantes.

Lectio Divina de Sociedad Bíblica España