jueves, 19 de abril de 2012

Jesús sana y predica

LECTIO DIVINA (30-01-2012)
Marcos 1, 29-39
Cuando salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre. Se lo dijeron a Jesús, y él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Al momento se le quitó la fiebre y se puso a atenderlos. Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron ante Jesús a todos los enfermos y endemoniados, y el pueblo entero se reunió a la puerta. Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente y expulsó a muchos demonios; pero no dejaba hablaría los demonios, porque ellos le conocían. De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar apartado. Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús, y cuando lo encontraron le dijeron:
– Todos te están buscando.
Él les contestó:
– Vayamos a otros lugares cercanos a anunciar también allí el mensaje, porque para esto he salido. Así que Jesús andaba por toda Galilea anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios.
Otras lecturas:  Job 7, 1-4, 6-7; Salmo 147.1-6; 1 Corintios 9,16-19, 21-23
LECTIO.
La lectura del Evangelio de este domingo continúa con la historia donde la dejamos la semana pasada. Después de predicar con autoridad y liberar portentosamente a un hombre de un espíritu inmundo (Marcos 1,21-28), Jesús se dirigió con sus discípulos a casa de Simeón Pedro.
No es mucho lo que se nos cuenta respecto a la familia de Pedro, pero nos enteramos de que estaba casado, puesto que tenía suegra. Está en cama con fiebre. Cuando se lo comentan a Jesús, la toma de la mano, la ayuda a levantarse e instantáneamente quedó curada.
Las noticias de lo que había sucedido por la mañana en la sinagoga, así como esta curación parece que alborotaron a la ciudad enterar. Imagínate la emoción y la impaciencia de la gente al ver que tienen que esperar hasta el anochecer, cuando termina el descanso sabático. Pero tan pronto como pueden, toda la ciudad se congrega delante de la casa de Pedro. Traen consigo a todos los enfermos y a los poseídos por demonios. Tuvo que ser una noche increíble. Muchos quedaron curados y otros muchos se vieron libres de los demonios. Jesús se quedó aquella noche en casa de Pedro.
De madrugada, mientras todos seguían durmiendo, Jesús abandonó la casa y se marchó a orar ( a un lugar apartado). Más tarde, Pedro y sus compañeros lo encontraron y le dijeron que todo el mundo le estaba buscando. En vez de volver, Jesús insiste en ir a otras ciudades y aldeas para predicarles también a ellos.
MEDITATIO.
¿Por qué era tan importante para Jesús quedarse solo para orar?. ¿Qué podemos aprender del ejemplo de Jesús respecto a la prioridad que concede a pasar el tiempo a solas con Dios?
Pedro quería que Jesús aprovechara con “éxito” de su ministerio en Cafarnaún. Pero Dios tenia otros planes. ¿Cómo podemos asegurarnos de que estamos agradando a Dios y no a los demás, por muy bien intencionados que sean?
ORATIO.
Lee el Salmo 147 en voz alta, como una oración, solo o con algún amigo. Resume muchas de las cosas buenas de Jesús que encontramos en la lectura del Evangelio de hoy. También nos recuerda que Jesús es Señor.
Pídele a Dios que te ayude a concederle tanta importancia a pasar tu tiempo con él como se la concedió a Jesús mismo.
CONTEMPLATIO.
En la primera lectura de Job 7, 1-4, 6-7 la liturgia trata de captar el sufrimiento de los enfermos. El que Jesús cure a los enfermos muestra que Dios no es insensible al sufrimiento.
La misión de Jesús – predicar el Evangelio – resuena en 1 Corintios 9, 16-19, 22-23: el apóstol Pablo habla de su obligación de seguir predicando la palabra de Dios para que se salve el mayor número de personas.
Lectio Divina de la Sociedad Bíblica España


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