domingo, 7 de agosto de 2011

Plegaria


¡Dame, Señor, la firme voluntad,
compañera y sostén de la virtud;
la que sabe en el golfo hallar quietud
y en medio de las sombras claridad;

La que trueca en tesón la veleidad
y el ocio en perennal solicitud,
y las ásperas fiebres en salud,
y los torpes engaños en verdad!

Y así conseguirá mi corazón
que los favores que a tu amor debí,
te ofrezcan fruto en galardón…

y aún tú, Señor, conseguirás así
que no llegue a romper mi confusión
la imagen tuya que pusiste en mí.

Adelardo López de Ayala (1829-1879)



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