sobre el silencio de la tierra; bello
hasta cansar mi corazón, Dios mío,
Un pájaro remueve la espesura
y luego, lento, en el azul se elevan,
y el canto le sostiene y pacifica.
Así mi voluntad, así mis ojos
se levantan a ti; temprano
la potestad de comprender el día.
Señor, cada mañana,
hasta que aprenda a amanecer, Dios mío,
en la gran luz de la misericordia.
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