José Antonio Pagola
Jesucristo: Catequesis Cristológicas (C.1)
Jesús no murió de muerte natural. Fue ejecutado como consecuencia de los conflictos que provocó con su actuación. Pero ¿qué ha podido suceder para que haya sido tan rápidamente denunciado, detenido por las autoridades civiles y religiosas? ¿ Como ha podido provocar una acción tan violenta?
Por una parte, la actitud de Jesús ante la Ley de Moisés ponía en crisis toda la institución legal sobre la que se apoyaba la autoridad religiosa y social de los dirigentes de Israel. Con la libertad propia de un hombre que viene de Dios, Jesús se coloca por encima de la Ley y da la última palabra al amor por encima de todas las tradiciones fariseas, rabínicas, proféticas y apocalípticas que se justifican en último término en el valor absoluto de la Torá.
Por otra parte, Jesús anuncia a un Dios Padre, abierto a todos los hombres, incluso a los extranjeros y pecadores, con lo cual está rechazando el carácter privilegiado del pueblo judío y su alianza con Yavé. Jesús predica que se acerca el Reinado de Dios pero no como un juicio para paganos y pecadores sino como una Buena Noticia de perdón y de gracia. Este Dios que anuncia Jesús no es el Dios de la religión oficial judía que ofrece su premio a los que obedecen a la Torá. Jesús se presenta como un blasfemo que destruye la alianza y contradice todas las esperanzas judías basadas en la pertenencia al pueblo judío y en la obediencia a la Ley mosaica.
Además, la actuación libre de Jesús frente a toda autoridad, su obediencia radical a Dios por encima de cualquier señor o césar, su anuncio decidido del Reinado de Dios, ponía en peligro la “paz romana”. Jesús se convertía en un perturbador del orden socio-político establecido por Roma.
Y sin embargo, tampoco el pueblo le defiende. Jesús ha decepcionado profundamente la expectación política que su aparición ha podido despertar en grandes sectores de la población. El pueblo esperaba algo más concreto, eficaz y espectacular. Algo que condujera a Israel a la destrucción del imperialismo romano y su sustitución por el Reino mesiánico judío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario