jueves, 20 de octubre de 2011

La resurrección de Jesucristo

José Antonio Pagola 

Jesucristo: Catequesis Cristológicas (D.1) 

      “Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe”. Así escribía Pablo de Tarso hacia el año 55 a un grupo de cristianos de Corinto. Si Cristo realmente no ha resucitado, la Iglesia se debe callar porque no puede anunciar ninguna Buena Noticia de salvación para nadie. Toda nuestra fe queda vacía de sentido. No tenemos ninguna esperanza verdaderamente definitiva para aportar a ningún hombre. Solo la resurrección de Jesús fundamenta y da sentido a nuestra fe cristiana.

       Vamos a tratar de acercarnos a la experiencia que vivieron los primeros creyentes para descubrir su fe convencida en la resurrección de Jesús y para comprender mejor qué significa para nosotros, los cristianos, creer en Cristo resucitado.

 1. Los documentos

       Tendríamos que estudiar todos los escritos que nos han dejado los primeros creyentes, pues en todos ellos se refleja la fe de estos hombres que de diversas maneras y con lenguajes diferentes confiesan el acontecimiento decisivo para los cristianos: Jesús, el Crucificado, ha sido resucitado por Dios.

       Sin embargo, esta fe en la resurrección de Jesús aparece expresada de manera especial en:

 Las confesiones de fe y los cánticos

       Son fórmulas muy antiguas y estables, que han nacido en el entusiasmo primero de las comunidades cristianas y en donde se resume lo más fundamental de la fe sin recoger todos sus aspectos. Aquí, los creyentes nos confiesan con toda sencillez y sobriedad que Jesús ha sido resucitado por Dios sin detenerse a narrarnos sus apariciones o encuentros con los discípulos (1 Co 15, 3-5; Rm 4, 25; 10, 9; Fp 2, 6-11, etc).

 La predicación misionera

       Estos textos nos ofrecen una visión más completa de la fe de los primeros cristianos, pues recogen la primera predicación de los discípulos que proclaman a las gentes lo esencial de la fe cristiana. Estos primeros predicadores anuncian una Buena Noticia: Dios ha cumplido sus promesas de liberación, salvando a Jesús de la muerte y confirmándolo como Mesías y liberador de los hombres. Este acontecimiento nos debe hacer pensar a todos y nos debe empujar a tomar una postura nueva ante la vida poniendo toda nuestra esperanza en Jesucristo (Hch 2, 22-40; 3, 12-26; 4, 8-12; 5, 29-32; 10, 34-43; 13, 15-41).

 Los relatos evangélicos

       Después de treinta o cuarenta años de vivir profundamente de la fe en el Resucitado, los creyentes vuelven a reflexionar sobre la resurrección de Jesús para evocar los primeros encuentros con el Resucitado, comprender mejor el sentido de la resurrección, alimentar de nuevo su esperanza, extraer las consecuencias más importantes para su vida cristiana y meditar y celebrar con gozo este acontecimiento cuya fuerza transformadora han podido ya experimentar en sus propias vidas.

      Por eso, estas narraciones no son una “biografía” de Jesús resucitado. No pretenden ofrecernos una información precisa que nos permita reconstruir los hechos exactamente tal como han sucedido, a partir del tercer día de la ejecución de Jesús. Son catequesis cristianas en las que los creyentes, animados por una fe largamente experimentada en sus vidas, evocan los primeros acontecimientos que dieron origen a la comunidad cristiana, tratando de ahondar más en su fe en Cristo resucitado (Mt 28; Mc 16; Lc 24; Jn 20-21).


No hay comentarios: