domingo, 17 de julio de 2011

EL TESORO DEL REINO



LECTIO DIVINA (24-07-2011)

Mateo 13:44-52

«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.»

También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.

También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

«¿Habéis entendido todo esto?»

Le dicen: «Sí.»

Y él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.»

Otras Lecturas: 1 Reyes 3:5, 7-12; Salmo 119:57, 72, 76-77, 127-130; Romanos 8:28-30

LECTIO:

Mateo 13 concluye con otras tres parábolas en torno al reino de los cielos. Las dos primeras ponen de relieve el valor que tiene seguir a Jesús. Es tan importante y valioso,  que merece dejarlo todo o ‘venderlo’ para entrar en el nuevo género de vida de Jesús.

Como sugieren las parábolas, en ocasiones quienes encuentran el tesoro no lo estaban buscando; en otros casos, quienes llevan buscando con empeño el sueño de su viada acaban por encontrarlo.

La tercera parábola nos dice que nuestra decisión de seguir a Jesús tiene consecuencias muy serias. Es Dios quien decide quién ha vivido en obediencia al evangelio y quién no.  Sólo Dios puede distinguir entre unos individuos y otros.

Como cristianos, cada día nos enfrentamos al desafío de vivir en obediencia a Jesús. A veces fallamos, pero incluso entonces podemos sentir el perdón de Dios.  Evidentemente, podemos tener la confianza de que, aunque no siempre sea fácil, vivir siguiendo el camino de Dios siempre valdrá la pena del sacrificio.

Jesús termina este pasaje refi riéndose a ‘cosas nuevas y cosas viejas’. Insiste en que no ha venido a abolir la Ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas, sino a darles su verdadero cumplimiento (Mateo 5:17). Por eso, los viejos tesoros de la Ley cobran un significado nuevo en el reino de los cielos.

MEDITATIO:

¿Cuáles son los tesoros más valiosos de tu vida? ¿Dónde figura Jesús en esa ‘lista’?

¿Qué decisiones difíciles has tenido que tomar para ser un cristiano fiel?

¿A qué has renunciado para seguir a Jesús?

¿Qué valor le concedes a tu relación con Jesús?

ORATIO:

Lee los versos seleccionados del Salmo 119. ¿Puedes repetirlos como tu propia oración?
En nuestra lectura de 1 Reyes 3, Salomón le pide a Dios sabiduría. Dedica algún tiempo para exponer ante Dios algunos de los retos con los que te enfrentas. Pídele su ayuda y, sobre todo, su sabiduría para abordarlos.

CONTEMPLATIO:

‘Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes le aman,  de quienes él ha llamado de acuerdo con su propósito… Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó los hizo justos; y a los que hizo justos les dio parte en su gloria.’ Romanos 8:28, 30.

Cada día se nos plantean opciones. ¿Qué te ayuda a tomar decisiones? ¿Qué papel desempeñan la Biblia y la oración a la hora de tomarlas? ¿Cómo optas por lo que Dios te dice a ti personalmente? Que estas palabras de Romanos te animen en la semana que empieza.

Lectio Divina de la Sociedad Bíblica España


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