domingo, 29 de julio de 2012

El Ramadán es un mes de invocación y purificación

José Luís Navarro, Sacerdote español en Marruecos
Por AHMED Bensath
Revista MARRUECOS, SIGLO XXI

José Luis Navarro es un monje español que nació en 1948 en Valencia. En 1995 se incorporó en la Orden Cisterciense en el monasterio de Santa Mª de Huerta (Soria).

Pregunta: Siendo un cristiano, viviendo en tierras musulmanas desde 2000, ¿cuáles son sus impresiones desde que vino a Marruecos?
Respuesta: Marruecos es un país abierto y tolerante. Desde el primer momento la acogida en esta tierra hi sido inmediata, cercana, amable y respetuosa con nuestra fe y nuestra cultura. Desde la población más sencilla a las altas autoridades, han estado atentos para facilitarnos nuestra vida y demostrarnos su amistad y afecto. Cuando vas a Europa y escuchas las afirmaciones que hacen algunos sobre los musulmanes y el Islam, te duele como si cometieran contigo esa gran injusticia de juzgar gratuitamente lo que no conocen. Estoy seguro de que muchos de los que hablan mal del Islam no se han preocupado nunca de hablar, tan siquiera, con un musulmán y son víctimas, a su vez, de la interesada desinformación al respecto. Es por eso que de alguna manera, los extranjeros que vivimos aquí nos sentimos, en cierto modo, como embajadores de este pueblo que nos acoge y nos sentimos obligados a tender puentes entre ambas orillas.
Pregunta: Marruecos celebra dentro de poco el mes sagrado del Ramadán. Cuéntenos la peripecia de diez meses del Ramadán pasados en Marruecos.
Respuesta: En realidad he vivido el Ramadán en Marruecos 6 veces y esta próxima será la séptima. El primer año no hice el ayuno, pues los cristianos lo tenemos en la Cuaresma, aunque de forma distinta. Desde el primer momento las familias de los amigos musulmanes nos invitaron al “ftour” a Ia caída de la tarde, y por ello decidimos que para romper el ayuno, había que haberlo hecho. Enseguida comenzamos a practicarlo y guardamos el ayuno de Ramadán como nuestros vecinos. Desayunemos a las 4,30 de la madrugada, después del rezo de Vigilias y ya no comemos hasta después del rezo de Vísperas, sobre las 19,15 de la tarde. Eso sí, los domingos no guardamos ayuno, pues para nosotros son como la Pascua. Luego, la Cuaresma la hacemos también como el Ramadán, ayunando todo el día. excepto domingos. Yo, lo mismo que mis hermanos de comunidad, consideramos este tiempo de Ramadán como un tiempo de gracia y bendición, para los musulmanes y para toda la humanidad.
Pregunta: ¿Que aspectos más llamativos suscitan su atención e interés en Marruecos y qué lectura hace de las tradiciones y rituales de los musulmanes durante el Ramadán?
Respuesta: Me gusta el tiempo de Ramadán. Ver como todo gira en torno a la trascendencia y al Transcendente. Comenzando por los motivos que se marcan para seguir el Ramadán, comenzando por el de que Dios lo pide. También es muy importante conocer que el ayuno de Ramadán no es sólo el de la comida y bebida, sino el del control de la lengua, de la mirada, de la envidia, de las disputas, de las injurias. las injusticias o la opresión. Y en los aspectos de actuación, ese recuerdo de Dios, esa mayor práctica de la oración y lectura dcl Corán. Ese fortalecimiento de los lazos familiares, de las relaciones sociales, de la solidaridad con los pobres. Son muchas las cosas buenas que trae consigo el Ramadán y que se deberían conocer fuera del Islam a fin de profundizar un poco en el conocimiento unos de otros. A mí personalmente me ayuda a vivir mejor mi relación con Dios y, por ende, a vivir mejor mi vida cristiana.
Pregunta: Partiendo de su caso, ¿como cree que se llevan los musulmanes marroquíes con los cristianos afincados en el país?
Respuesta: La relación es de comprensión, respeto y afecto, que es mutuo por ambas partes. Celebramos juntos muchos acontecimientos. Cuando llega el tiempo de Navidad o de Pascua, son muchos los amigos que te felicitan te obsequian con algún presente para que celebres bien tu fiesta. Muchos te hacen llegar sus deseos enviándote alguna tarjeta de Navidad. Si hay alguna celebración, tanto festiva como de duelo, son muchos los que participan en las “Sadaqas” que se puedan organizar. La última, la celebramos en mayo, con motivo del 15 aniversario de la muerte de los hermanos de Tibhirine, En ellas suelen participar Imanes amigos. Nosotros también participamos en la vida de nuestros amigos, desde bodas y circuncisiones a entierros. Acudimos al cementerio acompañando a nuestros amigos y vecinos en sus entierros. En fin, somos uno más entre todos y nos gusta el “vivir con”. Queremos que sean buenos musulmanes y ellos nos piden seamos verdaderos cristianos, pues como bien decía un buen Imán amigo mío: “No hay más divinidad que Dios”, y como sólo hay Uno, es el Mismo.
Son muchas las cosas buenas que trae consigo el Ramadán y que se deberían conocer fuera del Islam
Pregunta: ¿Cree que la convivencia y tolerancia de religiones es una cuestión al alcance o aún es una asignatura pendiente?
Respuesta: Creo en la importancia del diálogo interreligioso, sí. Podríamos recordar una afirmación de Gandhi que popularizó el teólogo llana Kung «En el mundo no habrá paz, si no hay paz entre las religiones». Y lo aplicó al diálogo interreligioso: «No habrá paz entre las religiones si no hay diálogo entre las religiones». Estoy de acuerdo con ello en que el futuro del mundo, su paz, pasa por ese diálogo. Pero para que ese diálogo interreligioso sea posible y fecundo, los interlocutores deberían participar con una mentalidad pluralista. No puede dialogar realmente quien está instalado en un paradigma exclusivista y no en uno inclusivista. Y esto no podrá llegar a ser realidad, si las religiones no dialogan consigo mismas en un «interdiálogo» sobre todos los temas; si no instauran en su seno un proceso de reflexión en sus bases. O sea, que debemos de dialogar desde dentro, cada uno con lo nuestro, para poder hacerlo con los otros.
Pregunta: En Marruecos, un país musulmán, conviven las tres religiones monoteístas ¿Qué le simboliza el Islam y por extensión las tres religiones monoteístas?.
Respuesta: El principal punto en común entre judíos, cristianos y musulmanes es la creencia en la existencia de un solo Dios, al que cada religión lo llama de una manera, pero que es el único para las tres. Además de este principio primordial común en las tres grandes religiones monoteístas, hay otras coincidencias entre los, cristianos y musulmanes. Una de ellas es la importancia que tiene el arcángel Gabriel para las tres tradiciones religiosas. En ellas, Gabriel es el ángel de la anunciación, resurrección y compasión. Por otro lado está la figura de Abraham que se presenta como clave de unidad para millones de seres humanos. En la línea de este acercamiento a Abraham, como el patriarca conciliador de tres religiones, en la Declaración Nostra Aetate, del Concilio Vaticano II, se habla de los musulmanes como de los hombres y mujeres «que procuran someterse con todo el alma a los ocultos designios de Dios, como se sometió Abraham, a quien la fe islámica mira con complacencia», siendo Abraham el personaje del Antiguo Testamento más citado en el Corán, (aparece en más de 70 ocasiones). Si habláramos de María y de “Jesús hijo de María” (Isa ibn Maryam) en el Islam no encontraríamos modo de acabar.

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