LECTIO DIVINA (26-06-2011)
Juan 6, 51-58
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo.” Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
–¿Cómo puede este darnos a comer su propio cuerpo?
Jesús les dijo:
–Os aseguro que si no coméis el cuerpo del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le resucitaré el día último. Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él. De la misma manera, el que me coma vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron vuestros antepasados, que murieron a pesar de haberlo comido. El que coma de este pan, vivirá para siempre.
Otras Lecturas: Deuteronomio 8:2-3, 14-16; Salmo 147:12-15, 19-20; 1 Corintios 10:16-17
LECTIO:
El capítulo 6 de Juan comienza presentándonos a Jesús que proporciona pan y pescado ‘físicos’ a más de 5.000 personas. Al día siguiente, en la sinagoga, Jesús enseña en profundidad su doctrina sobre el pan vivo enviado por Dios para conceder la vida eterna.
La lectura del evangelio de hoy concluye la exposición doctrinal centrándose en la ‘eucaristía’. Estrictamente hablando, el término ‘eucaristía’ significa ‘acción de gracias’ y se refiere a la ceremonia celebrada el Día del Señor (el domingo) cuando se recibe el pan y el vino consagrados. Los católicos creen que cuando se pronuncian las palabras de bendición, la consagración, sobre el pan y el vino, estos se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo. Otros cristianos lo entienden de manera diferente, concibiendo la eucaristía como un símbolo del memorial de la Última Cena.
Los católicos describen la transformación del pan en la ‘carne’ del Cuerpo de Cristo como ‘transubstanciación’. Es un ‘misterio de fe’. Los relatos evangélicos no entran en estas discusiones teológicas. Fue santo Tomás de Aquino quien proporcionó esta interpretación utilizada por la Iglesia Católica.
La doctrina general de Juan 6:25-29 sigue siendo más amplia. Jesús declara ‘Yo soy el pan que da vida’ (versículos 35 y 48). Jesús contrapone el maná que Dios proporcionó a los israelitas en el desierto –que satisfacía sus necesidades físicas- con la fe en el Hijo del Hombre, que satisface su necesidad de salvación espiritual. Jesús se refiere en varias ocasiones al hecho de haber ‘bajado del cielo’ (versículos 38, 41, 51, 58) para mostrar que su mensaje tiene su origen en Dios, que está en el cielo.
El versículo 40 resume los designios de Dios en esta frase: ‘la voluntad de mi Padre es que todo aquel que ve al Hijo de Dios y cree en él, tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el día último’.
MEDITATIO:
■ Reflexiona sobre el significado que tiene el que Jesús se describa como ‘pan de vida’.
■ ¿Es Jesús tu pan de vida? ¿Qué diferencia práctica tiene esto para ti?
■ ¿Qué importancia tiene en tu vida cristiana la celebración de la eucaristía o la santa comunión?
ORATIO:
Dirígete humildemente a Dios en la oración. Da gracias a Dios por haber enviado a su Hijo como ‘el pan que da la vida’ para que vivamos en comunión con la Trinidad y, por medio de la fe en Jesús, heredemos la vida eterna. Maravíllate ante este don inefable.
CONTEMPLATIO:
‘Mientras cenaban, Jesús tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios lo partió y se lo dio a los discípulos, diciendo: “Tomad, comed, esto es mi cuerpo”. Luego tomó en sus manos una copa, y habiendo dado gracias a Dios la pasó a ellos, diciendo: “Bebed todos de esta copa, porque esto es mi sangre, con la que se confirma el pacto, la cual es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados.’ Mateo 26:26-28.
Dedica algún tiempo cada día de esta semana para darle gracias a Dios por que Jesús pagara con su muerte el precio con el que tú has recibido la salvación.
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